viernes, 20 de junio de 2008

¿Cómo podemos ver a Dios?

Tal y como dice esta pregunta, quisiéramos invitarte querido lector, a encontrar respuesta a ella a través de las Sagradas Escrituras.
En cierta ocasión según el libro del éxodo capitulo 33 versos 13 al 23 Moisés pregunto a Dios que si el había hallada gracia en sus ojos que le mostrara su gloria “Y (Dios) le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.”

Aquí encontramos que la única forma en que Moisés pudo ver la gloria de Dios fue estando en la hendidura de la roca. La Biblia dice según el capitulo 10:4 de 1 Corintios que esa roca es Cristo Jesús y en 1 Pedro 2:4 nos dice que Cristo es la piedra viva y el Evangelio según San. Juan 1:14 nos dice que aquellos que le hemos recibido y que hemos creído en su nombre hemos visto su gloria. Y en Cantar de los cantares nos dice que nosotros la iglesia, la paloma del señor estamos escondidos en los agujeros de la peña. (Cantares 2:14).
Entonces llegamos a la conclusión de que al igual que Moisés al estar en la peña pudo ver a Dios nosotros también a través de Jesucristo la roca podemos contemplar a Dios en la faz de Jesucristo.
En el capitulo 1 de Sn. Juan encontramos algunos calificativos de ese Padre de bondad; tales como: el creador, el verbo (la palabra), que en el estaba la vida y que esa vida era la luz de los hombres y aquella luz que alumbra a todo hombre venia a este mundo. ¿Y quien fue el que vino a este mundo y murió por nuestros pecados? Fue Jesucristo! Amén. Entonces el es la luz y el Salmo 36:9 dice: “Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz.” Por lo tanto a través de Jesucristo, la luz, podemos ver a ese Padre que habita en luz inaccesible.

Por eso en Sn. Juan 14:8 cuando Felipe le pregunta al señor Jesús muéstranos al Padre y nos basta el Señor le contesto: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?.”

Y en Isaías 43:10 dice: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.” En este versículo podemos ver aparentemente como se hablara de 2 personas: Jehová y su siervo. Pero a la vez aclara que son uno mismo y es porque precisamente Dios no quiere que nosotros creamos que Dios esta dividido en 2 o 3 personas como algunos hoy en la actualidad creen erróneamente.
El apóstol Pablo en Colosenses 2:1-10 les expresa a los Colosenses esa gran lucha que sostenía por ellos y por los de Laodicea y no solamente por ellos, sino también aclara, por los que nunca han visto mi rostro, y en esa lista podemos incluirnos todos nosotros hoy en la actualidad porque creo que literalmente nosotros no hemos visto el rostro del Apóstol y su lucha era que fueran consolados sus corazones unidos en amor, hasta alcanzar las riquezas de pleno entendimiento a fin de conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo y añade en quien (no quienes como si hablara de 2), están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Es decir es la columna vertebral de todas las demás enseñanzas así sencillas como profundas. Y toda persona necesita entender ese misterio y de ahí partir hacia un crecimiento espiritual en su vida y deleitarse cada día en esos tesoros como dice su palabra: Que es la bendición del Señor la que enriquece y no añade tristeza con ella. (Prov. 10:22) Por eso el apóstol nos habla de que es una gran lucha. ¿Por qué a veces el hombre no entiende este misterio de Dios? Porque a veces nos amamos a nosotros mismos, amamos mas la avaricia, la gloria de los hombres, nos importa mas la comodidad que la verdad y nos cobijamos bajo un falso amor que mas que ser amor es libertinaje y aun el amor sin la verdad es hipocresía, y si tuviéramos que escoger entre el amor y la verdad tendríamos que escoger la verdad.
Pablo les dice a los efecios que crecieran en la verdad, en amor (Efecios 4:15). Y proverbio nos dice que vale mas reprensión manifiesta que amor oculto. (Prov. 27:5)
La gran preocupación de Pablo, por los Colosenses y por todos nosotros es que entendamos que el Padre y Cristo son uno mismo y que como nos dice Isaías 43:10 y 11 que solamente el es Dios y que fuera de el no hay quien salve, que el es el único salvador del mundo y en la carta a Tito 2:13 nos manifiesta una vez mas que Jesucristo es Jehová el único Dios y Salvador.
“Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y salvador Jesucristo.” (Tito 2:13 y 14). Y Hebreos 2:14 nos dice que: “por cuanto los hijos participaron de carne y de sangre El (el Padre) también participo de lo mismo para poder redimirnos.”
Y en la 1 de Timoteo 3:16 dice: E indiscutiblemente grande es el misterio de la Piedad; Dios fue manifestado en carne.
Y una vez mas el profeta Isaías ya nos lo venia anunciando cundo el Señor dijo “yo mismo que hablo estaré presente entre vosotros” (Isaías 52:6).
Es mi oración a Dios por ti querido lector como dijera nuestro amado hermano Pablo: “Que Dios te de espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él.”

Que Dios les Bendiga.
Hno. Josué Ortega Beltrán.